LUNA

"Te voy a contar una bonita historia de amor, sí, creo que incluso soy capaz de hacerlo, voy a dejar que mi corazón vuele a un lugar inventado, un lugar donde la luna vuelva a ser nuestra confidente, donde alumbre la misma mirada, esa que desviamos para no dañarnos, o quizás para evitar el deseo de unir nuestros labios, creo que puedo ser capaz de inventar una bonita historia de amor, donde la paz, la tranquilidad, y la paciencia den fe de que a veces tan sólo hace falta creer para sentir...Por eso hoy, luna, mi fiel confidente baja a mi lado, aquí, siéntate un momento conmigo mientras charlamos de las múltiples sensaciones que sentimos al encontrarnos cada noche, al mirarnos, al consolarnos la una a la otra, cuando tú, amablemente recoge mis lágrimas, sujetas mis manos, alumbras mi camino, y yo te digo, voy a contarte una bonita historia de amor, crees que seré capaz de hacerlo?. Y tú sonríes y me dices: claro que sí, por qué no, al fin y al cabo, escribiente hace tanto que nos amamos!!!!!!...Hoy necesito que bajes a mi lado, hazlo, cual mujer angelical que va a cubrir el aspecto frágil de aquel hombre que llora desconsoladamente a la orilla del río donde tú te reflejas, sí, luna, tú, serás la protagonista de esta historia, porque no sé quién más puede amar eternamente y con la entrega suficiente como para llevar a cabo un amor imposible, así, que baja, vístete de mujer porque vamos a comenzar...
.Luna, así vas a llamarte, no podía ser de otra forma, él,( no le pondremos nombre, al menos no por el momento, porque ya sabes, casi nunca nombro a mis protagonistas), sin embargo hoy, siento la necesidad de nombrarte a ti, de sentir el brillo acogedor de tus rayos, al tiempo que alejo la frialdad esa, de la que te hacen dueña, yo te veo a ti, mujer de cabello oscuro, de tez pálida, ojos que miran desde el alma, mirada profunda, sabia, cariñosa, hipnotizadora, sensual...una mirada que llena, que hastía, que agota, y que ama, ahí radica tu fuerza, así que ahora que te vestiste de mujer, haremos que esta historia de amor, sea completa y tan bonita que hasta aquellas mimosas bajen sus ramas, para hacerte una alfombra mientras caminas para encontrarte con él...



Allí en la otra orilla del río, aquel hombre parecía destruido, su posición daba realmente escalofríos, porque se abrazaba las piernas como si hubiera dejado de sentir el frío glacial que estaba en el ambiente, se mecía al compás de las lágrimas que derramaba, su pelo oscuro tapaba sus ojos, cayéndole suavemente sobre su rostro, aún intentando tapar la desolación que sentía no conseguía hacerlo...y Luna se fue acercando silenciosa, dejando tras ella un rastro de luz pura sin igual, tal era la fuerza que hasta aquel hombre, al sentirla cerca levantó el rostro para perderse en sus ojos, en aquella mirada...Una tímida sonrisa proveniente de tan misteriosa mujer llenó de júbilo su alma, sin saber porqué...y en silencio se sentó a su lado, acarició despacio su pelo, cogió sus manos, y lo dejó llorar hasta que cansado se quedó dormido...justo en el momento en que el sol hacía su aparición...al abrir los ojos, el hombre vio que en lugar de la mujer había una flor, blanquísima flor, que transmitía toda la serenidad de ella, y la cogió para marcharse, no sin saber que esa noche volvería al mismo sitio, debía volver a verla, a sentirla, ya estaba en calma, el dolor se había minimizado...y noche tras noche, ambos como si de un sortilegio se tratara se encontraban en el mismo sitio y a la misma hora...sin faltar una noche, más de día ella desaparecía siempre...La última noche que se vieron e hicieron el amor, él le susurró al oído: te amo Luna, y siempre guardaré mis noches para ti, así hayas de irte cada mañana, y cuando tu tiempo terrenal se haya acabado avísame porque vendré a que alumbres a este hombre, que tan sólo lo es, en tus brazos...la Luna conmovida al saber que él conocía su secreto, acarició al hombre para hacerlo olvidar en sus brazos, fue el único regalo que podía hacerle, la única forma de darle la libertad...incluso los árboles lloraron al ver el sacrificio de la Luna, más él al despertar al día siguiente no recordaba nada, nada de aquellos 9 meses, excepto que a su lado, dormía plácidamente un bebé precioso...una niña hermosísima...sería suya? porque así la sentía...y en su pensamiento un nombre: Luna...sí, su bebé se llamaba luna...en la claridad del día, como una sombra, la luna presenciaba la escena, y cuentan que ese día, llovieron estrellas para alumbrar a aquella niña llegar a casa con aquel hombre, que por siempre fue feliz junto a su hija...y que en las noches de luna llena, adoptaba una postura doliente, se encogía, y lloraba, mientras se mecía, al hacerlo, de algún lugar una mano acariciaba su frente y besaba sus labios haciéndolo olvidar todo...OH, creo que es preciosa la historia de amor, verdad ? He sido capaz escribiente de escribir una bonita historia de amor? a veces recuérdalo, hasta yo tengo corazón...